DEMOCRACIA

La sociedad democrática no es de ninguna manera la mejor sino la menos mala de aquellas que la humanidad ha tratado de llevar adelante.
En ella la confrontación de ideas se produce de maneras muy diferentes.
Todos tenemos derecho a enunciar nuestros postulados y llevarlos adelante en la vida cotidiana con la prerrogativa de ser oídos y de que se nos escuche.
Podemos redactar libros y editarlos, dar discursos de barricada, pintar carteles, levantar pancartas, hacer actos y reuniones políticas, organizar mesas redondas, repartir panfletos y volantes, dar a conocer a los demás nuestras opiniones y organizarnos en partidos o en agrupaciones políticas.
Todos estos derechos (y muchos mas que ahora no me vienen a la mente) son parte de los derechos de los ciudadanos de una sociedad democrática.
Derechos que ninguna dictadura de izquierda, de derecha o de lo que se llame reconoció ni reconocerá nunca.
Escuchar a cualquier tarado decir o enunciar estupideces es el precio que todos debemos pagar para vivir como un pueblo libre.
Ahora bien,
¿ Donde se encuentra escrito en nuestra Constitución que esos derechos incluyen
obstaculizar el tránsito de la gente común que va camino a sus propósitos diarios, a su educación, a su salud y a su trabajo?
¿ Donde se encuentra escrito en nuestra Constitución que los edificios que son parte de la sociedad donde todos vivimos se "tomen" por grupos minúsculos y minoritarios que no representan a nadie?
En ningún lugar, por supuesto.
La democracia es la garantía de que agrupaciones minoritarias y violentas jamás podrán imponer sus ideas por la fuerza al resto de la sociedad de la que forman parte.
En Argentina, no obstante, hay personas como el payaso Raúl Castells que siendo candidato reunió el 0,3 % (!!!!) de los votos de la Provincia de Buenos Aires y que ante cualquier necedad de su parte reúne a su alrededor a todos los medios de comunicación del país.
En el mismo sentido hemos visto como 200 o 300 "estudiantes" se dedican a "tomar" edificios para evitar que funcione la asamblea de la Universidad de Buenos Aires con el propósito de evitar que se elija nuevo Rector.
Muchos de esos "estudiantes" tienen entre 28 y 30 años y hace alrededor de 10 que concurren a estudiar sin haberse recibido nunca de nada. Cuando uno les pregunta de qué viven ellos eluden la respuesta pero es muy probable que todavía sean mantenidos por los padres.
Pues bien, y Aunque Usted No lo Crea (como en Ripley) ellos quieren imponer su voluntad al resto de los 310.000 verdaderos estudiantes que asisten a clase en la Universidad, que luchan, que trabajan y que se perfeccionan para salir adelante.
Creo que esto último me absuelve de cualquier comentario
Un Saludo a todos
NESTOR